En TAPEO pensamos que la gastronomía –y la enología- tienen más de ars que de scientia. En tal convicción, más conviene escuchar a los iniciados que estudiar en los libros.
Si uno se entrega a la lectura con demasiada pasión, puede ocurrir aquello que ya trastornó a Don Quijote, quien según se sabe, de tanto leer libros de caballería, terminó creyéndose caballero.
De todos modos, en TAPEO leemos bastante. Y como todo el tiempo estamos reflexionando sobre nuestra carta de vinos, nos pareció interesante dar una mirada al “Pequeño Larousse de los vinos”, un esfuerzo de presentación de los vinos de 39 países y de más de 600 bodegas, además de provechosos abordajes conceptuales básicos de la cuestión.
Allí vimos con expectación, que un acápite del grato librote está dedicado a "Las 14 familias", que no es sistema de clanes mafiosos, sino a un asunto de vinos: “los vinos pueden clasificarse según su estilo. Algunos vinos tienen un estilo ligero, otros uno potente y generoso. Las características de un vino, ya sea tinto, blanco o rosado, siempre las determinan la cepa, el terruño, la vinificación, la crianza y el envejecimiento. De este modo se han determinado 14 familias o estilos de vino”.
Si esto es así, la referida clasificación nos estaría diciendo que una carta completa debería tener al menos un espécimen de cada uno de los 14 estilos. Y si pretendemos tener, de cada espécimen, una opción más económica y otra de alta gama, estaríamos determinando un mínimo de 28 etiquetas en la carta.
Toda la clasificación está desplegada, con las características completas de cada estilo, de modo muy amplio y comprensible en unas pocas páginas. Por el momento, y como primera ilustración, les transcribo los nombres que el texto consultado atribuye a cada uno de los estilos identificados:
1. Los vinos tintos ligeros y afrutados
2. Los vinos tintos carnosos y afrutados
3. Los vinos tintos complejos, potentes y generosos
4. Los vinos rosados vivos y afrutados
5. Los vinos rosados vinosos y pesados
6. Los vinos blancos secos, ligeros y con nervio
7. Los vinos blancos secos, suaves y afrutados
8. Los vinos blancos secos, amplios y con clase
9. Los vinos blancos secos muy aromáticos
10. Los vinos blancos dulces o semi-dulces
11. Los vinos efervescentes
12. Los vinos dulces naturales y los vinos de licor
¡Vaya! Al transcribir la lista se constata que han descripto solamente doce familias.
Y bueno, pensamos que buena parte de nuestros clientes y amigos tienen por el mundo del vino un interés sincero y desafectado. Y nos encantaría que cada uno nos dé su opinión sobre este asunto de las doce o catorce familias.
No se trata de analizar una clasificación, sino de tomar el desafío de diseñar una carta que se pueda considera razonablemente completa en variedad, con una cantidad de etiquetas no demasiado extensa.
¡Quedamos fervientemente a la espera de vuestras contribuciones, sugerencias, propuestas concretas de etiquetas a incorporar, y todo lo que gusten decir en esta materia!
Si uno se entrega a la lectura con demasiada pasión, puede ocurrir aquello que ya trastornó a Don Quijote, quien según se sabe, de tanto leer libros de caballería, terminó creyéndose caballero.
De todos modos, en TAPEO leemos bastante. Y como todo el tiempo estamos reflexionando sobre nuestra carta de vinos, nos pareció interesante dar una mirada al “Pequeño Larousse de los vinos”, un esfuerzo de presentación de los vinos de 39 países y de más de 600 bodegas, además de provechosos abordajes conceptuales básicos de la cuestión.
Allí vimos con expectación, que un acápite del grato librote está dedicado a "Las 14 familias", que no es sistema de clanes mafiosos, sino a un asunto de vinos: “los vinos pueden clasificarse según su estilo. Algunos vinos tienen un estilo ligero, otros uno potente y generoso. Las características de un vino, ya sea tinto, blanco o rosado, siempre las determinan la cepa, el terruño, la vinificación, la crianza y el envejecimiento. De este modo se han determinado 14 familias o estilos de vino”.
Si esto es así, la referida clasificación nos estaría diciendo que una carta completa debería tener al menos un espécimen de cada uno de los 14 estilos. Y si pretendemos tener, de cada espécimen, una opción más económica y otra de alta gama, estaríamos determinando un mínimo de 28 etiquetas en la carta.
Toda la clasificación está desplegada, con las características completas de cada estilo, de modo muy amplio y comprensible en unas pocas páginas. Por el momento, y como primera ilustración, les transcribo los nombres que el texto consultado atribuye a cada uno de los estilos identificados:
1. Los vinos tintos ligeros y afrutados
2. Los vinos tintos carnosos y afrutados
3. Los vinos tintos complejos, potentes y generosos
4. Los vinos rosados vivos y afrutados
5. Los vinos rosados vinosos y pesados
6. Los vinos blancos secos, ligeros y con nervio
7. Los vinos blancos secos, suaves y afrutados
8. Los vinos blancos secos, amplios y con clase
9. Los vinos blancos secos muy aromáticos
10. Los vinos blancos dulces o semi-dulces
11. Los vinos efervescentes
12. Los vinos dulces naturales y los vinos de licor
¡Vaya! Al transcribir la lista se constata que han descripto solamente doce familias.
Y bueno, pensamos que buena parte de nuestros clientes y amigos tienen por el mundo del vino un interés sincero y desafectado. Y nos encantaría que cada uno nos dé su opinión sobre este asunto de las doce o catorce familias.
No se trata de analizar una clasificación, sino de tomar el desafío de diseñar una carta que se pueda considera razonablemente completa en variedad, con una cantidad de etiquetas no demasiado extensa.
¡Quedamos fervientemente a la espera de vuestras contribuciones, sugerencias, propuestas concretas de etiquetas a incorporar, y todo lo que gusten decir en esta materia!
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